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Por Unknown
sábado, 17 de marzo de 2018
AGRESIÓN Y VIOLENCIA EN EL DEPORTE
Por: Mtro. Daniel Gibal
d.gibal@gmail.com
En el deporte se le conoce como el juego limpio a las relaciones correctas con el adversario, una actitud digna ante la victoria y la derrota, la igualdad de oportunidades para todos los participantes durante la práctica deportiva, el rechazo de la victoria a cualquier precio y el compromiso de uno mismo de dar lo máximo (Aquesolo, 1992). Son estos ideales lo que motiva a muchas personas a participar en las actividades deportivas, para la formación integral del individuo y el desarrollo de valores.
Sin embargo a nivel social estos beneficios han sido cuestionados en años recientes. Esto debido a los incidentes relacionados con violencia que se han presentado en los eventos profesionales tanto entre jugadores como con el público. Por ejemplo, solo en este fin de semana se activaron las alarmas en el fútbol europeo.
La noticia más relevante es lo que sucedió en Salónica. El equipo local P.A.O.K., club de futbol y participante de la superliga griega, dirimía su lucha por el liderato con el AEK de Atenas que dirige el español Manolo Jiménez cuando el árbitro, con 0-0, anuló un gol a los locales en el último minuto por fuera de juego. El problema inició cuando un grupo de aficionados asaltaron el campo de juego. Entre estas personas destaco la figura del presidente del equipo Ivan Savvidis, arropado por un convoy de guardaespaldas, que enfurecido fue a reclamar y amenazar al cuerpo arbitral, aunque lo más escalofriante de esto evento fue en la revisión posterior de los hechos.
"Al principio no sabíamos que tenía una pistola, luego lo hemos visto. Que el dueño del PAOK salga a por el árbitro con alguna intención... se ha visto que se llevaba la mano a la cintura porque tenía la pistola" relataba el entrenador del equipo visitante. Las reacciones no se han hecho esperar, el ministro interior griego Panos Skurletis, señaló que este suceso representa un ataque al honor del futbol griego, dañando al club y en especial a los seguidores. Sin embargo, este no es el primer incidente de este tipo dentro de la liga, incluso en el 2015-2016 fue suspendida debido al incendio en casa de un árbitro (Rubio, 2018)
Desde la psicología se han realizado esfuerzos para comprender y prevenir este fenómeno. Existen diferentes marcos teóricos, que también reflejan la propia evolución de la psicología, desde las primeas teorías activas que asumen que la agresividad es un estado emocional innato, hasta las posteriores teorías reactivas, que asumen que la agresividad se produce como respuesta o adaptación a determinados estímulos de naturaleza interna y externa.
El primer grupo de teorías, consideradas innatistas (Lorenz, 1978) considera que la agresividad tendrían su bases en la historia evolutiva de los organismos. En el contexto deportivo, mientras se realiza u observa un deporte, los estados emocionales innatos de las personas pueden llevarse a irritarse y volverse agresivas (Sáenz Ibáñez, Gimeno Marco, Gutiérrez Pablo, & Ibáñez de Elejalde, 2012) . Sin embargo, esta primera propuesta no ha tenido demasiado reconocimiento por parte de los científicos en el estudio del comportamiento agresivo en general y en el ámbito deportivo, debido a la falta de control y a la dificultad de operacionalizar y medir las conductas instintivas a través de instrumentos adecuados, o a la continua pretensión de establecer relaciones entre las conductas animales y humanas.
El segundo grupo de teorías otorgan más importancia al ambiente que a lo innato, a la hora de explicar las capacidades, facultades y estados de los individuos. Este modelo surge desde las aportaciones del condicionamiento clásico de Pavlov, el condicionamiento operante de Skinner, el paradigma del reforzamiento y del aprendizaje social o teoría social cognitiva. Sin embargo, años después Bandura (1982), consideró simplista todos estos planteamientos a la hora de explicar el fenómeno de agresión en adolescentes, y decidió utilizar el concepto determinismo recíproco, para explicar que el ambiente causa el comportamiento, y que también que el comportamiento causa el ambiente. Es decir el mundo y el comportamiento de una persona se causan mutuamente
Desde esta perspectiva, un facilitador como la frustración provoca un incremento en la activación fisiológica y psíquica del individuo, lo cual podría desencadenar en una conducta agresiva sólo si por aprendizaje social el sujeto ha interiorizado unos códigos que le indiquen que dicha conducta es adecuada en tales circunstancias. Esta modelo puede ser el que mejor permita explicar ciertos comportamientos antisociales en los contextos deportivos (Gómez, 2007) .
La ventaja de este modelo es que, entendiendo la agresión y la violencia como conductas que son aprendidas por el contexto social, también se plantea la posibilidad de aprender conductas adaptativas y prosociales. Como señalan Sáenz Ibáñez et al. (2012) es posible identificar en los contextos deportivos encontramos una frecuente utilización de contingencias de reforzamiento, convirtiéndose en uno de los procedimientos de aprendizaje más usual. La enseñanza a jóvenes deportistas, entrenadores o responsables deportivos, padres/espectadores de comportamientos o formas de actuación se plantea en ocasiones como un programa de contingencias de refuerzos que permitan modificar su conducta, aumentando las conductas relacionadas con la deportividad.
A partir de este punto es cuando debemos hacer la pregunta: ¿de qué forma se ha intervenido para reducir este fenómeno? Primero hay que entender de forma general que se entiende por prevención y como se aplica en el contexto deportivo.
En la actualidad, para un mejor entendimiento y práctica de acciones orientadas hacia la prevención ha surgido la perspectiva de la ciencia de la prevención. Cornes, Fernández-Ríos, Arauxo y Pedrejón (2004) señalan que esta ciencia va dirigida a construir capacidad empowerment en los individuos y las comunidades, mediante un conjunto de interdisciplinar de conocimientos teóricos y prácticos basados en la metodología investigación-acción, contextual y un fuerte enfoque hacia la acción.
Orientándonos más en el contexto deportivo, destaca la investigación de Sáenz Ibáñez et al. (2012) donde se hace una revisión de literatura para la prevención de la agresividad y la violencia en el deporte en la edad escolar de 1996 a 2011. Pudiéndose observar que en el contexto deportivo se utilizan los términos de campaña o programa para proponer una serie de actividades y recursos a lo largo de un tiempo, y dirigidos a padre, entrenadores y árbitros para principalmente prevenir que aparezcan las conductas de agresión y de violencia. El primer dato interesante es que son muy pocos los documentos que propongan sugerencias específicas y verificadas para la reducción de la violencia.
Por ejemplo, La comisión de la comunidades europeas (2007) a través del Libro Blanco, además de señalar los beneficios de la práctica deportiva, propone pautas positivas para reducir las conductas agresivas. Sin embargo, la propia comisión no hace una evaluación acerca de estas pautas. Situación similar ocurrió con el centro Canadiense para la ética en el deporte (CCES,2004) y la sociedad internacional de psicología del deporte (Tenenbaum, Stewart, Sinnger y Duda, 1997), donde nuevamente se establecen pautas dirigidas a deportistas, padres y entrenadores, pero sin ninguna evaluación que verifique y asegure que dichas recomendaciones realmente ayudan a reducir esta problemática.
Otro dato preocupante es acerca de la evaluación de las campañas y programas que se implementan. En general, dichos esfuerzos están dirigidos a los deportistas, entrenadores y padres que a través de diferentes medios (folletos, trípticos, cárteles, páginas web, etc.) y acciones (reflexión, debates, concienciación, etc) buscan prevenir las conducta agresivas. Nuevamente, y como recalcan los investigadores, estos esfuerzos en contadas ocasiones disponen de herramientas rigurosas de evaluación que permitan conocer el impacto verdadero de cada una de ellas.
El último tipo dato relevante de esta investigación está enfocado en el tipo de acciones realizadas. De acuerdo al momento de la acción, la mayoría de los programas realizados se encuentran en el momento de la prevención (51.3%), en menor medida a la intervención (7.7%), y en último lugar la rehabilitación (.5%) (Prilleltensky y Nelson, 2000 en Saenz Ibañez et al., 2012). Para poder abordar de forma integral este fenómeno, se hace necesario el diseño de intervenciones que también abarquen cuando ya se han presentado las conductas violentas, y como las personas pueden desarrollar habilidades para evitar que esto vuelva a suceder.
De forma general, podemos identificar claramente que la agresión y la violencia en el contexto deportivo es un fenómeno presente, que preocupa a la sociedad por los eventos y afectaciones a espectadores, jugadores y jueces. La psicología ha realizado esfuerzos a nivel teórico para comprender porque en un momento dado un jugador decide emplear este tipo de conductas y salirse del juego limpio. Sin embargo, un factor clave es que se conoce poco a cerca de la efectividad que tienen las intervenciones propuestas desde de la psicología del deporte, debido al mayor enfoque que se ha dado a las acciones de prevención, pero no a las de intervención y rehabilitación además de contar con pocos estudios que verifiquen realmente el impacto de estas acciones. Estamos ante una brecha que es importante trabajar para que el deporte siga siendo ese apoyo para el desarrollo integral de las personas y de la sociedad.
Referencias
Aquesolo, J. (1992). Diccionario de las ciencias del deporte. Málaga: Unisport.
Bandura, A. (1982). Self-efficacy mechanisms in human agency. The american psychologist, 37, 122-147.
CCES. (2004). JustPlay - a Canadian antidote to violence in sport. Active living, 13(5), 11.
Comisión de las Comunidades Europeas. (2007). White paper on sport. Brussels: EC.
Cornes, J., Fernández-Ríos, L., Arauxo, A., & Pedrejón, C. (2004). Ciencia de la prevención: fundamentos y perspectivas. Implicaciones en psicología. Revista de psiquiatría, 31(2), 86-95.
Gómez, A. (2007). La violencia en el deporte. Un análisis desde la psicología social. Revista de psicología social, 21, 63-87.
Lorenz, K. (1978). Sobre la agresion: el pretendido mal. Madrid: Siglo XXI.
Rubio, Q. (11 de Marzo de 2018). As. Obtenido de As: https://as.com/futbol/2018/03/11/internacional/1520798788_942210.html
Sáenz Ibáñez, A., Gimeno Marco, F., Gutiérrez Pablo, H., & Ibáñez de Elejalde, B. G. (2012). Prevención de la agresividad y la violencia en el deporte: un estudio de revisión. Cuadernos de psicología del deporte, 57-72.
Tenenbaum, G., Stewart, E., Singer, R. N., & Duda, J. (1997). Aggression and violence in sport: An ISSP position stand. lnternational journal of sport psychology, 27, 229-236.
Investigación muy buena e interesante. ¡Muchas felicidades al psicólogo!
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