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¿OBSESIÓN POR LA MEDALLA?, ¿PRESIÓN POR BATIR RECORDS? DOPAJE EN EL DEPORTE DE ALTO RENDIMIENTO

¿OBSESIÓN POR LA MEDALLA?, ¿PRESIÓN POR BATIR RECORDS? ….. DOPAJE EN EL DEPORTE DE ALTO RENDIMIENTO



El dopaje es uno de los principales problemas del deporte mundial, con frecuencia se publican noticias relacionadas con casos de dopaje en deportistas de gran renombre que comprometen la credibilidad y honorabilidad de diversas disciplinas deportivas. Es una práctica poco ética y muy peligrosa que pone en riesgo la salud de los deportistas.

Diego Armando Maradona futbolista reconocido, dio mucho de qué hablar y lo sigue haciendo por cuestiones relacionadas con el uso de sustancias. Durante el Mundial de Estado Unidos de 1994 se le detectó que había ingerido sustancias prohibidas y fue suspendido cautelarmente.

Otra deportista la tripe campeona olímpica en Sidney 2000 Marion Jones reconoció haber tomado tetrahidrogestriona en las Olimpiadas, por lo que se le retiraron las medallas (3 de oro y 2 de bronce), además la Federación Internacional de Atletismo la suspendió por dos años y se anularon todos sus registros logrados ese año.

La United States Anti-doping Angency acusó a Amstrong de utilizar sustancias ilegales para mejorar su rendimiento; en 2013 el deportista reconoció haber usado EPO, testosterona y transfusiones de sangre para mejorar el rendimiento de su carrera.

Uno de los casos más resientes es el de la tenista Maria Saraphova a la cual se le sometió a un control el 26 de enero de 2017, cuando disputaba el abierto de Australia, resultando consumidora de meldonium (sustancia que la AMA declaró prohibida en 2016), ella mencionó no saber que el medicamento que consumía desde hace 10 años estaba en la lista de no aprobados, por lo que tuvo que cumplir un año de veto deportivo (vencido el 28 de enero del 2018).

 Estos son casos de deportistas reconocidos, que ha llegado a la cima en algún momento de sus carreras deportivas, pero también existen casos de deportistas amateur que de igual manera se ven involucrados en la ingestión de sustancias prohibidas en sus competencias. De ahí parte la necesidad de abordar un tema tan complejo no solo del mundo deportivo sino también de una parte importante de la sociedad.

El término apareció asociado oficialmente al deporte en el Diccionario Beckmanns Sportlexicon del deporte, en el año 1933. La definición de dopaje ha ido cambiando con el tiempo, porque ha ido endureciéndose y actualmente el Colegio Mundial Antidopaje de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) conocida también como WADA por sus siglas en inglés (World Antidoping Agency) que garantiza que las reglas y los procedimientos que gobiernan el antidopaje sean los mismos para todos los deportistas en todos los deportes y en todos los países (entrando en vigor el 1 enero del 2004) considera como dopaje cualquiera de los siguientes hechos: 1. presencia de una sustancia prohibida o de sus metabolitos o marcadores, en la muestra biológica de un deportista; 2. uso o tentativa de uso de una sustancia o método prohibido; 3. Negarse a pasar un control antidopaje o eludirlo de cualquier manera, sin una justificación válida; 4. Incumplimiento de la localización o paradero de un deportista (Lista de prohibiciones AMA, 2018).


El dopaje implica el desarrollo de técnicas y sustancias indetectables por los controles oficiales, sin embargo las autoridades tampoco se quedan atrás en el desarrollo de técnicas de detección y políticas para lograr el control de estas prácticas. No es algo actual, durante los juegos olímpicos de la antigüedad no solo se conoció la existencia del dopaje y otros tipos de fraudes en las competencias, sino que los mismos eran sancionados duramente de acuerdo a las leyes y valores éticos de la época. El emperador Tiberio llegó a castigar con el destierro y confiscación de bienes a un deportista que fue encontrado culpable de dopaje, e incluso, durante el imperio romano algunos atletas culpados de doparse fueron castigados con la crucifixión. (Zamora, G. 2013).

La política contra el dopaje está en la actualidad muy extendida gracias principalmente al impulso de los principales organismos deportivos internacionales y nacionales. El Comité Olímpico Internacional menciona un conjunto de razones contrarias al dopaje: "Considerando que el uso del dopaje en el deporte es a la vez dañino para la salud y contrario a la ética del deporte, y que es necesario proteger la salud física y espiritual de los atletas, los valores del fair play y de la competición, la integridad y unidad del deporte y los derechos de aquéllos que participan a cualquier nivel" (Pérez Triviño, J.L. 2013).
Según Zamora, G. (2013) habría tres valores centrales en los que fundamentar la prohibición del dopaje (en sus distintas variantes): la protección de la salud de los deportistas (evitación del daño), el juego limpio (la equidad y la evitación del engaño) y la integridad y unidad del deporte.

Desde las diferentes administraciones mundiales se intenta poner un alto mediante la publicación de leyes cada vez más rigurosas, la difusión de campañas de información y la firma de convenios de colaboración con distintos organismos a favor del deporte limpio (Olalla Herbosa, R y Tercero Gutiérrez, M.J; 2011).

El uso de sustancias prohibidas en las competencias deportivas encuentra fuerte oposición entre los atletas, las autoridades y el público. Es procedente entonces conviene preguntarse: ¿Qué tiene de malo el dopaje? El primer argumento establece que el dopaje es nocivo para la salud de los atletas. Según esta posición, la prohibición se requiere para proteger a los deportistas de ser dañados por sus propias decisiones. El segundo argumento dice que el dopaje produce daños a la sociedad en su conjunto. De ser permitidas, las sustancias nocivas serían adoptadas por un gran número de deportistas aficionados y de jóvenes. El dopaje puede también ser resistido apoyándose en razones de equidad competitiva: de ser permitido, otorgaría ventajas a ciertos atletas, pero no a otros (Tamburrini, C. 2011).

En la actualidad, el dopaje ya se ha convertido en un rasgo que define el paradójico modelo deportivo. Para el deportista de alto nivel el éxito sólo es alcanzable batiendo récords, siendo vulnerable, particularmente el joven atleta, a convertirse en esta nueva versión del ángel caído: el que fue héroe elevado a los altares, símbolo de identidad y fervor de la opinión pública, se convierte en villano a los ojos del mundo, excluido de su propio ambiente como un paria y con escasos recursos para la redención deportiva y social (García-Arjona, N. y Bodin, D. 2011).

Las causas por las cuales los deportistas recurren al dopaje que se mencionan están enfocadas a cuestiones sociales, externas al deportista, pero para visualizar todo el panorama hay otra pregunta que responderse ¿Cuáles son las causas internas que llevan a los deportistas a acceder al dopaje? 1. Están seguros que el dopaje mejora las marcas deportivas, con tal de obtener la medalla en la competencia ingieren sustancias que creen les ayudará a mejorar su rendimiento físico; 2. Sentimientos de inferioridad; porque muchos deportistas no están satisfechos con los resultados que han obtenido en las últimas competencias, sufren ansiedad y estrés  originados por la necesidad de ganar; 3. Dependencia a los medicamentos y, en algunos casos, se engañan pensando que los demás competidores también están dopados y que a ellos no los van a descubrir (Cabrera, V. M. 2013).

En toda competencia deportiva existe – más o menos acentuado – un elemento de incertidumbre. ¿Conseguirán los competidores alcanzar el nivel de rendimiento esperado? ¿Logrará el favorito cumplir con los pronósticos de victoria? Esa incertidumbre le otorga emoción al deporte. Una competencia deportiva con un ganador dado de antemano no es emocionante. Y es justamente esa  incertidumbre, con la consiguiente emoción, la que desaparecería si se permitiera el dopaje. Así, al menos, se han manifestado ciertos autores en relación a la propuesta de liberalizar el dopaje. (Tamburrini, C. 2011).

Parece que por muchos controles que se establezcan a los deportistas, por muchos esfuerzos económicos que se hagan en campañas de concientización contra el dopaje, este sigue estando a la orden del día. Treviño (2013) habla acerca de un modelo teórico que muestra que mientras las posibilidades de ser descubiertos sigan siendo bajas, y las recompensas por ganar se mantengan a niveles altos, es predecible que los atletas se sientan incentivados a hacer trampa en las justas que consideren primordiales. La situación actual de los deportistas incitan al dopaje incluso a sabiendas que puede ser peor que todos se dopen a que ninguno lo haga en las competencias.

La incorporación de un análisis desde el punto de vista humanístico (social, histórico, psicológico, jurídico) puede venir a complementar la comprensión del dopaje deportivo, ahondar en las razones que influyen en los deportistas para acceder a estas prácticas, la acción conjunta de áreas relacionadas que han estudiado el dopaje de forma aislada resultan claves para luchar contra el dopaje de forma eficaz pero sobre todo para unir fuerzas en la prevención desde el deporte de iniciación. Con la finalidad principal de proteger los principios fundamentales de deporte como lo es el juego limpio, igualdad de oportunidades, actividad saludable, competencia sana, honorabilidad de los atletas, ver a los deportistas como modelos de salud y valentía de la sociedad.

Referencias

Cabrera Oliva, V. M. (2013). Dopaje y Drogas. La Habana, Cuba. Editoral Deportes
Zamora G. (2013). Sustancias de dopaje, una revisión y la implicación del profesional farmacéutico. Pharmaceutical Care; 2(2):30-45.

Pérez Triviño J. L. (2013). El dopaje: Una visión alternativa. El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho. (35): 4-32. En http://www.jlperezt.com/dopajelpt.pd

Garcia-Arjona N. y Bodin, D. (2011). Dopaje y Ciencias del Deporte: ¿Linea de investigación emergente o consolidada? Revista Internacional de Ciencias del Deporte. 7(26): 339-340. En http://www.ricyde.org.


Tamburrini, C. (2011). ¿Qué tiene de malo el dopaje? DILEMATA. 2(5): 45-71. En http://www.dilemata.net/revista/index.php/dilemata
sábado, 31 de marzo de 2018
Por Unknown

Agresión y violencia en el deporte

AGRESIÓN Y VIOLENCIA EN EL DEPORTE


Por: Mtro. Daniel Gibal 

d.gibal@gmail.com





En el deporte se le conoce como el juego limpio a las relaciones correctas con el adversario, una actitud digna ante la victoria y la derrota, la igualdad de oportunidades para todos los participantes durante la práctica deportiva, el rechazo de la victoria a cualquier precio y el compromiso de uno mismo de dar lo máximo (Aquesolo, 1992). Son estos ideales lo que motiva a muchas personas a participar en las actividades deportivas, para la formación integral del individuo y el desarrollo de valores.
Sin embargo a nivel social estos beneficios han sido cuestionados en años recientes. Esto debido a los incidentes relacionados con violencia que se han presentado en los eventos profesionales tanto entre jugadores como con el público. Por ejemplo, solo en este fin de semana se activaron las alarmas en el fútbol europeo.
La noticia más relevante es lo que sucedió en Salónica. El equipo local P.A.O.K., club de futbol y participante de la superliga griega, dirimía su lucha por el liderato con el AEK de Atenas que dirige el español Manolo Jiménez cuando el árbitro, con 0-0, anuló un gol a los locales en el último minuto por fuera de juego. El problema inició cuando un grupo de aficionados asaltaron el campo de juego. Entre estas personas destaco la figura del presidente del equipo Ivan Savvidis, arropado por un convoy de guardaespaldas, que enfurecido fue a reclamar y amenazar al cuerpo arbitral, aunque lo más escalofriante de esto evento fue en la revisión posterior de los hechos.
"Al principio no sabíamos que tenía una pistola, luego lo hemos visto. Que el dueño del PAOK salga a por el árbitro con alguna intención... se ha visto que se llevaba la mano a la cintura porque tenía la pistola" relataba el entrenador del equipo visitante. Las reacciones no se han hecho esperar, el ministro interior griego Panos Skurletis, señaló que este suceso representa un ataque al honor del futbol griego, dañando al club y en especial a los seguidores. Sin embargo, este no es el primer incidente de este tipo dentro de la liga, incluso en el 2015-2016 fue suspendida debido al incendio en casa de un árbitro (Rubio, 2018)
Desde la psicología se han realizado esfuerzos para comprender y prevenir este fenómeno. Existen diferentes marcos teóricos, que también reflejan la propia evolución de la psicología, desde las primeas teorías activas que asumen que la agresividad es un estado emocional innato, hasta las posteriores teorías reactivas, que asumen que la agresividad se produce como respuesta o adaptación a determinados estímulos de naturaleza interna y externa.
El primer grupo de teorías, consideradas innatistas (Lorenz, 1978) considera que la agresividad tendrían su bases en la historia evolutiva de los organismos. En el contexto deportivo, mientras se realiza u observa un deporte, los estados emocionales innatos de las personas pueden llevarse a irritarse y volverse agresivas (Sáenz Ibáñez, Gimeno Marco, Gutiérrez Pablo, & Ibáñez de Elejalde, 2012). Sin embargo, esta primera propuesta no ha tenido demasiado reconocimiento por parte de los científicos en el estudio del comportamiento agresivo en general y en el ámbito deportivo, debido a la falta de control y a la dificultad de operacionalizar y medir las conductas instintivas a través de instrumentos adecuados, o a la continua pretensión de establecer relaciones entre las conductas animales y humanas.
El segundo grupo de teorías otorgan más importancia al ambiente que a lo innato, a la hora de explicar las capacidades, facultades y estados de los individuos. Este modelo surge desde las aportaciones del condicionamiento clásico de Pavlov, el condicionamiento operante de Skinner, el paradigma del reforzamiento y del aprendizaje social o teoría social cognitiva. Sin embargo, años después Bandura (1982), consideró simplista todos estos planteamientos a la hora de explicar el fenómeno de agresión en adolescentes, y decidió utilizar el concepto determinismo recíproco, para explicar que el ambiente causa el comportamiento, y que también que el comportamiento causa el ambiente. Es decir el mundo y el comportamiento de una persona se causan mutuamente
Desde esta perspectiva, un facilitador como la frustración provoca un incremento en la activación fisiológica y psíquica del individuo, lo cual podría desencadenar en una conducta agresiva sólo si por aprendizaje social el sujeto ha interiorizado unos códigos que le indiquen que dicha conducta es adecuada en tales circunstancias. Esta modelo puede ser el que mejor permita explicar ciertos comportamientos antisociales en los contextos deportivos (Gómez, 2007).
La ventaja de este modelo es que, entendiendo la agresión y la violencia como conductas que son aprendidas por el contexto social, también se plantea la posibilidad de aprender conductas adaptativas y prosociales. Como señalan Sáenz Ibáñez et al. (2012) es posible identificar en los contextos deportivos encontramos una frecuente utilización de contingencias de reforzamiento, convirtiéndose en uno de los procedimientos de aprendizaje más usual. La enseñanza a jóvenes deportistas, entrenadores o responsables deportivos, padres/espectadores de comportamientos o formas de actuación se plantea en ocasiones como un programa de contingencias de refuerzos que permitan modificar su conducta, aumentando las conductas relacionadas con la deportividad.
A partir de este punto es cuando debemos hacer la pregunta: ¿de qué forma se ha intervenido para reducir este fenómeno? Primero hay que entender de forma general que se entiende por prevención y como se aplica en el contexto deportivo.
En la actualidad, para un mejor entendimiento y práctica de acciones orientadas hacia la prevención ha surgido la perspectiva de la ciencia de la prevención. Cornes, Fernández-Ríos, Arauxo y Pedrejón (2004) señalan que esta ciencia va dirigida a construir capacidad empowerment en los individuos y las comunidades, mediante un conjunto de interdisciplinar de conocimientos teóricos y prácticos basados en la metodología investigación-acción, contextual y un fuerte enfoque hacia la acción.
Orientándonos más en el contexto deportivo, destaca la investigación de Sáenz Ibáñez et al. (2012) donde se hace una revisión de literatura para la prevención de la agresividad y la violencia en el deporte en la edad escolar de 1996 a 2011. Pudiéndose observar que en el contexto deportivo se utilizan los términos de campaña o programa para proponer una serie de actividades y recursos a lo largo de un tiempo, y dirigidos a padre, entrenadores y árbitros para principalmente prevenir que aparezcan las conductas de agresión y de violencia. El primer dato interesante es que son muy pocos los documentos que propongan sugerencias específicas y verificadas para la reducción de la violencia.
Por ejemplo, La comisión de la comunidades europeas (2007) a través del Libro Blanco, además de señalar los beneficios de la práctica deportiva, propone pautas positivas para reducir las conductas agresivas. Sin embargo, la propia comisión no hace una evaluación acerca de estas pautas. Situación similar ocurrió con el centro Canadiense para la ética en el deporte (CCES,2004) y la sociedad internacional de psicología del deporte (Tenenbaum, Stewart, Sinnger y Duda, 1997), donde nuevamente se establecen pautas dirigidas a deportistas, padres y entrenadores, pero sin ninguna evaluación que verifique y asegure que dichas recomendaciones realmente ayudan a reducir esta problemática.
Otro dato preocupante es acerca de la evaluación de las campañas y programas que se implementan. En general, dichos esfuerzos están dirigidos a los deportistas, entrenadores y padres que a través de diferentes medios (folletos, trípticos, cárteles, páginas web, etc.) y acciones (reflexión, debates, concienciación, etc) buscan prevenir las conducta agresivas. Nuevamente, y como recalcan los investigadores, estos esfuerzos en contadas ocasiones disponen de herramientas rigurosas de evaluación que permitan conocer el impacto verdadero de cada una de ellas.
El último tipo dato relevante de esta investigación está enfocado en el tipo de acciones realizadas. De acuerdo al momento de la acción, la mayoría de los programas realizados se encuentran en el momento de la prevención (51.3%), en menor medida a la intervención (7.7%), y en último lugar la rehabilitación (.5%) (Prilleltensky y Nelson, 2000 en Saenz Ibañez et al., 2012). Para poder abordar de forma integral este fenómeno, se hace necesario el diseño de intervenciones que también abarquen cuando ya se han presentado las conductas violentas, y como las personas pueden desarrollar habilidades para evitar que esto vuelva a suceder.

De forma general, podemos identificar claramente que la agresión y la violencia en el contexto deportivo es un fenómeno presente, que preocupa a la sociedad por los eventos y afectaciones a espectadores, jugadores y jueces. La psicología ha realizado esfuerzos a nivel teórico para comprender porque en un momento dado un jugador decide emplear este tipo de conductas y salirse del juego limpio. Sin embargo, un factor clave es que se conoce poco a cerca de la efectividad que tienen las intervenciones propuestas desde de la psicología del deporte, debido al mayor enfoque que se ha dado a las acciones de prevención, pero no a las de intervención y rehabilitación además de contar con pocos estudios que verifiquen realmente el impacto de estas acciones. Estamos ante una brecha que es importante trabajar para que el deporte siga siendo ese apoyo para el desarrollo integral de las personas y de la sociedad.

Referencias


Aquesolo, J. (1992). Diccionario de las ciencias del deporte. Málaga: Unisport.
Bandura, A. (1982). Self-efficacy mechanisms in human agency. The american psychologist, 37, 122-147.
CCES. (2004). JustPlay - a Canadian antidote to violence in sport. Active living, 13(5), 11.
Comisión de las Comunidades Europeas. (2007). White paper on sport. Brussels: EC.
Cornes, J., Fernández-Ríos, L., Arauxo, A., & Pedrejón, C. (2004). Ciencia de la prevención: fundamentos y perspectivas. Implicaciones en psicología. Revista de psiquiatría, 31(2), 86-95.
Gómez, A. (2007). La violencia en el deporte. Un análisis desde la psicología social. Revista de psicología social, 21, 63-87.
Lorenz, K. (1978). Sobre la agresion: el pretendido mal. Madrid: Siglo XXI.
Rubio, Q. (11 de Marzo de 2018). As. Obtenido de As: https://as.com/futbol/2018/03/11/internacional/1520798788_942210.html
Sáenz Ibáñez, A., Gimeno Marco, F., Gutiérrez Pablo, H., & Ibáñez de Elejalde, B. G. (2012). Prevención de la agresividad y la violencia en el deporte: un estudio de revisión. Cuadernos de psicología del deporte, 57-72.
Tenenbaum, G., Stewart, E., Singer, R. N., & Duda, J. (1997). Aggression and violence in sport: An ISSP position stand. lnternational journal of sport psychology, 27, 229-236.







sábado, 17 de marzo de 2018
Por Unknown

Violencia Sexual Contra La Mujer ¿Moda O Realidad?


VIOLENCIA SEXUAL CONTRA LA MUJER ¿MODA O REALIDAD?

M.P.A.C. María del Mar Carballo Lara

A lo largo de la historia, la mujer ha estado en una lucha constante, para ser escuchada y participar en la toma de decisiones a nivel social, que sean tomados en cuenta sus derechos como ciudadanas y como seres humanos.

Así escuchamos en la actualidad el tema Empoderamiento femenino, donde diferentes sectores de la población muestran su postura al respecto, unos con más o menos información al respecto, pero existen posturas a favor y los detractores que no consideran un tema relevante.

Iniciemos por entender el concepto empoderamiento, según la Real Academia Española empoderamiento se refiere a la acción y efecto de empoderar, es decir a “Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido” (Real Academia Española, 2001).

Partiendo de esta definición, podríamos pensar que es algo sencillo de lograr, sin embargo para entender el proceso del “Empoderamiento femenino”, debemos tomar en cuenta el contexto histórico y social, pues  a las mujeres se les ha hecho pensar que ellas son menos fuertes, inteligentes, capaces o poderosas que los hombres, cuando no es así. La mentalidad y cultura machistas que por años han desfavorecido a las mujeres, han traído como consecuencia el lento desarrollo de las mujeres en los distintos ámbitos de la sociedad (Gobierno de México S/F). Por lo que al hablar de empoderamiento femenino, tenemos que hablar de una larga historia en México y el mundo, para que las mujeres tengan el espacio que merecen en la sociedad.

Sin embargo, también se debe de delimitir ¿qué aspectos si se considera que promueven este empoderamiento? y otros son simplemente un intento de, de acuerdo a lo que propone la  Organización de las Naciones Unidad, desde el área de ONU Mujeres(s/F) , donde se promueve la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, delimita que para este último se deben promover los siguientes elementos: 1) la igualdad de género en todos los niveles, 2) tratar a hombre y mujeres de forma equitativa, 3) velar por la salud, seguridad y bienestar de todas y todos los trabajadores, 4) promover la educación, formación y desarrollo profesional de las mujeres.

Con estos ejes prioritarios de acción desde instancias como ONU Mujeres, se han propuesto líneas a seguir para la promoción del empoderamiento femenino, con programas a nivel mundial que promueven estas acciones en el sector empresarial, salud, etc.

Ubicándonos en el caso de Latino América y México sobre el empoderamiento femenino, observamos como en los últimos años ha ganado fuerza y se han realizado acciones a nivel social y desde el sector gubernamental como las reformas en el 2017 a la Ley General De Acceso De Las Mujeres A Una Vida Libre de Violencia (Diario Oficial De la Federación, 2017)

En las prácticas en la sociedad, aún podemos ser testigo en México de actitudes, pensamientos y creencias machistas que predominan en la sociedad mexicana, dificultando esta lucha por el empoderamiento femenino.

Recordemos el último caso viral en las redes sociales y medios de comunicación, donde la actriz Karla Souza denuncia una violación por parte de un productor México y otras famosas como Sofía Niño De Rivera, revelan casos similares, donde se expone la violencia y abuso sexual en los medios de comunicación en México. Así bajo el #Hashtag #MeeToo las redes sociales y medios de comunicación  dieron a conocer dichos casos, abriendo el tema de discusión sobre todo en las redes sociales sobre el tema

Como resultado, el reflejo del inicio de esta campaña en México, reiteró la predominancia de la cultura machista en México. Estas mujeres, al igual que otras en el mundo, no solo comparten sus casos y lo denuncian, si no que se exponen a los prejuicios sociales sobre el tema y así la opinión  juzga a las víctimas con preguntas como: ¿por qué no denuncio antes? ¿Qué hizo ella para merecer esto?, “seguro así son todas”. En lugar de preguntarse ¿por qué el agresor pudo hacerlo? ¿Qué se puede hacer para qué no pase de nuevo?

Cabe recalcar que aunque en México, aún se intenta posicionar esta campaña, existen otros movimientos en redes sociales, donde se invita a las mujeres a denunciar el abuso sexual, como el movimiento #MeToo en los Estados Unidos de América y sus reflejos en otros países, como protesta contra el acoso sexual y la violencia, mismo que surge como parte del movimiento #Time´s Up, en México el movimiento  #YoTambién al igual que , España y América Latina, entre otros lugares, #QuellaVoltaChe en Italia, #BalanceTonPorc en Francia y #Ana_kaman en los Estados Árabes. La mayoría de ellos iniciados y dirigidos por mujeres activistas.

Con la presencia de estos temas por las redes sociales y medios de comunicación, surgen opiniones encontradas, pues algunos siguen pensando que en México no pasa nada y que toso por que “está de moda” y como todas las modas, es algo pasajero. Reflejando parte de la “normalización” de la cultura mexicana sobre estas conductas.

Sin embargo las estadísticas más recientes parecen demostrar que  la violencia a la mujer y en especial la violencia sexual, es un problema real y que va en incremento. De acuerdo con cifras del INEGI (2017), 66 de cada 100 mujeres han sido víctimas de violencia emocional, física, sexual, económica, patrimonial, y de discriminación laboral, misma que ha sido ejercida por la pareja, el esposo, el novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral o bien por personas conocidas o extrañas. De igual forma observamos que de acuerdo a  la  Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH,2016) señaló que la violencia contra las mujeres es más frecuente en la vida en pareja  (43.9% fueron agredidas por ella en algún momento de su vida marital, de convivencia o noviazgo); sin embargo, a ella le sigue la violencia en los espacios públicos o de uso común (38.7%), en donde las mujeres denunciaron que la violencia sexual (intimidación, acoso, abuso o violación sexual) destacó de entre los actos de violencia más frecuentes.

Como se observa con estas cifras se observa como la violencia contra la mujer sigue siendo un problema en México, pues lejos de disminuir se ha incrementado, observando un incremento en la violencia de índole sexual, siendo los puntos más preocupantes la violencia sexual a las mujeres por parte de sus propia parejas, así como la ejercida en espacios públicos. En el primero se observa que es un delito de índole privado donde solo están la mujer y su pareja supuestamente confiable, en el otro caso lo preocupante es que al realizarse en espacios públicos, podría ser que otras personas de la sociedad sean testigos, pero tampoco hacen algo al respecto.

Así en el  2016, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas publicó el estudio “Las otras Víctimas” invisibles en el que dio a conocer que de 2010 a 2015 se registraron casi tres millones de casos de violencia sexual, el estudio agrega que 90% de las víctimas son mujeres, 60% de las violaciones ocurren en el hogar y 60% de las violentadas conocían a su agresor). El mismo reporte señala que de las 83 mil averiguaciones previas iniciadas para investigar el delito, solo diez de cada mil agresores son consignados ante el MP para iniciar un proceso penal.  Con estas cifras, también se observa que existe un problema real con respecto a las consecuencias legales, ya que son pocas mujeres las que deciden denunciar y de las pocas que denuncian, son pocos casos donde procede la investigación.

Entonces, surge otra pregunta, ¿por qué las mujeres no denuncian lo delitos sexuales? o ¿por qué siguen con sus victimarios, si a los conocen? Para entender esta situación, tenemos que conocer las características de las mujeres víctimas de violencia.

Desde un punto de vista histórico, la dificultad para la comprensión y el reconocimiento de la violencia hacia las mujeres ha sido estructurada a partir de dos procesos básicos: 1) invisibilización, donde se hace referencia a la percepción que se tiene sobre las consecuencias de la violencia, donde durante  la mayor parte de la historia solamente se consideraron los daños materiales producidos por la violencia y no los daños psicológico y emocionales. El segundo es la naturalización de la violencia,  se apoya básicamente en algunas construcciones culturales, mismas que promueven las jerarquías y discriminación de lo “diferente”, lo que pude traer como consecuencia que sea más probable que se promueva en las instituciones como la familia, ciertos modelos de conducta que promueven la violencia contra la mujer como algo “normal”  (Corsi, 2012).

Además del factor social, tenemos el factor de las características de las víctimas, de acuerdo a las investigaciones sobre las características que comparten las mujeres víctimas de violencia o de violencia sexual, se encuentra que(Organización Mundial de la Salud, 2017  : Las mujeres que tienen un nivel de instrucción bajo, han estado expuestas a actos de violencia de pareja contra sus madres, han sido objeto de malos tratos durante la infancia, han vivido en entornos en los que se aceptaba la violencia, los privilegios masculinos y la condición de subordinación de la mujer corren un mayor riesgo de ser víctimas.

Esto entonces ayuda a entender que la responsabilidad no recae sobre las víctimas o sobre los que cometen el delito, también la sociedad que promueve las estructuras de poder machistas, contribuyen a este problema “normalizando” ciertas formas de violencia contra la mujer y fortaleciendo los estereotipos que hacen que las mujeres no denuncien.

Esto trae consecuencias a nivel social y económico, parte de las consecuencias en las mujeres víctimas de violencia, es que pueden llegar a encontrarse aisladas e incapacitadas para trabajar, perder su sueldo, dejar de participar en actividades cotidianas, falta de cuidados en sus hijos (OMS, 2017)

Con la evidencia presentada se observa que la violencia a la mujer es una realidad en la actualidad y no solo en la sociedad mexicana, también a nivel mundial, a raíz de esto se han generado movimientos desde la sociedad civil y organizaciones para apoyar a las mujeres en este proceso y “empoderarlas” para hacer algo en contra de los hombres agresores.

En el marco de esta realidad, hoy 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la mujer la ONU, toma la decisión que el tema de este año, sea:  “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”. Sumándose así a un movimiento mundial por los derechos, la igualdad y la justicia de las mujeres.  Como evidencia de este movimiento, se observa como el acoso sexual, la violencia y la discriminación contra las mujeres han acaparado los titulares y el discurso público, con una creciente determinación a favor del cambio

Este cambio incluye una agenda de trabajo, donde se busca promover acciones  que contribuyan a la denuncia de la violencia contra la mujer, incluyendo la sexual, por lo que se busca promover cambios  para tomar acciones legales reales contra los responsables de estos actos y sobre todo, promover  grupos de apoyo para las mujeres víctimas de violencia sexual, para que sepan que no están solas y sobe todo evidenciar que no son las únicas que pasan por esta situación.

Así en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la mujer, queda en manos de la sociedad hacer uso de los medios de comunicación, redes y grupos sociales, para informar sobre la situación real de la violencia sexual sobre las mujeres e México y seguir uniendo esfuerzos para implementar acciones para prevenir este tipo de violencia.

REFERENCIAS


Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (2016) La otras víctimas. Recuperado de: https://www.gob.mx/ceav/archivo/articulos

Corsi, J, 2012, La violencia hacia las mujeres como problema social. Fundación mujeres

 http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/obrasportales/op_20120308_01.pdf

Diario Oficial De la FederacióN ( 2017). Ley General de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. Recuperado de : http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGAMVLV_220617.pdf

Encuesta Nacional, sobre  la Dinámica de las relaciones en los hogares. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2017/endireh/endireh2017_08.pdf

Gobierno de México (S/F). ¿Qué es el empoderamiento de las mujeres y por qué es importante?. Recuperado de: https://www.gob.mx/mujeressinviolencia/articulos/que-es-el-empoderamiento-de-las-mujeres-y-por-que-es-importante

Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Madrid, España: Auto

INEGI (2017) Violencia contra la mujer, recuperado de: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2017/violencia2017_Nal.pdf

ONU Mujeres (s/f). Empoderamiento femenino. Recuperado de: http://www.unwomen.org/es/about-us/about-un-women.

Organización Mundial de la Salud (2017). Violencia contra la mujeres, recuperado de: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs239/es/

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